sábado, 27 de agosto de 2011

DEL SAHUCO

Señor de las Peñas de San Pedro,
Cristo de la triste mirada,
de la antigua devoción,
del sudario peculiar,
de la sentida oración.

Cristo del Sahúco,
cruz y cruce de gentes,
entre cirineos de vestidura blanca,
entre promesas y velas,
entre silencios del alma.

Jesús de la amanecida,
de la noche sin dormir,
de las primeras luces del día,
de paradas y carreras,
de la pasión y la alegría.

                Se va agosto. La llave del verano se la llevan corriendo los andarines del Santo Cristo. Ya huele a feria, y a otoño. Las cosas cambian, mudan, o casi todas...otras no, tal vez sea mejor, o no...Romería de los momentos, de los recuerdos, y de aquellas cosas que perdimos, que dejamos, que tuvimos y de aquello que terminó sin empezar siquiera. Tensa espera...

2 comentarios:

  1. Noche de fiesta y orquesta, de nervios y oraciones, de iglesia abierta, de repique de campanas cuando aún el alba está lejano. Noche de andarines blancos, de vivas al Sto Cristo y a su Madre, noche de las noches para Peñas de San Pedro y cuantos aun en la distancia han recibido el legado sagrado de la devoción por este Cristo que no ha cerrado ni los ojos ni la boca en su agonía para poder seguir mirando con bondad y hablando al corazón de quienes se postran ante sus benditas plantas y besan su medalla que con larga cinta de raso sale desde el madero redentor hasta sus hijos. Devoción de devociones y tesoro inigualable allí en las Peñas o donde quiera que un hijo suyo se encuentre. Alfonso

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  2. Alfonso ijomío: los pelos como escarpias, un abrazo

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