sábado, 26 de febrero de 2011

HACE 18 AÑOS

 Tal día como hoy nació el niño de mis ojos, una de las personas que más quiero en el mundo. Ese veintiseis de febrero fué uno de los días más felices de mi vida y me convertí en tío, la palabra que más me gusta ser y oír.
       A partir de hoy ya es un hombre, ya tiene la mayoría de edad y puedo decir que es el hombre de mi vida y para toda mi vida, lo más parecido a ese hijo que nunca tendré. Este nene que ví crecer poco a poco, al que oí decir sus primeras palabras, ayudé a sostener sus primeros pasos y ver como casi sin darnos cuenta, ha pasado de ser ese muñeco precioso de ojos enormes y risa encantadora que tenía en brazos, al hombretón lleno de bondad y simpatía que ya podrá votar, sacarse el carnet de conducir y empezar a sufrir el cruel y verdadero mundo de los mayores. No puedo sino echar la vista atrás y emocionarme al recordar sus primeros balbuceos, al tiempo que me doy cuenta de lo inexorable del paso de los años, que también me trae la querencia que me tiene, que soy su tío preferido, que le gustan mis retablos, vestirse de manchego en la feria conmigo y reírnos los dos del resto del mundo. Nos hemos hecho mayores, yo, bastante más que tú y así vamos escalando los peldaños de esta vida, a veces dura, a veces injusta. Feliz cumpleaños, mi angelote. Te quiero, sobrino.

3 comentarios:

  1. Siento comentar una entrada tan...familiar, pero quién tuviera un tío así :D
    Unas palabras como éstas son el mejor regalo que se le puede hacer a alguien cuando cumple los 18.
    Un abrazo a los dos.

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  2. ¡Vaya sobrino, guapo! Y como dice Javi, pedazo sobrino y pedazo de tío, vaya post chulo!!!
    ¿Lo has invitado a la fiesta? Este ya se bebe las cañas solo.

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  3. Menudo sobrino tienes. Muchas gracias

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