sábado, 4 de diciembre de 2010

QUE EN EL CIELO ESTAS ESCRITA

Santa Bárbara bendita, santa artillera y minera, con la torre como insignia y a veces iluminada por la custodia radiante. Bárbara de fiesta en este cuatro del doce, que no es tiempo de tormentas, ni de rayos ni de truenos, sino de hielos, nevadas y escarchas.
      Mártir de las de caché, como las que le gustan a mi querido Javier (The Best Moma congratulations), en esa ermita del cerro en el paraje de Talubia, en Liétor de mis amores y mis sueños. Santa en forma de cariátide en el retablo de la parroquial de Cenizate, formando una de las demás columnas humanas de figuras de santas, que sustentan esa bellísima arquitectura de la madera barroca.
       Bárbara en lo alto de su cerro, en su ermita contigua a la torre del reloj en Higueruela, la tierra de los pucheros, oteando la fábrica neoclásica de Santa Quiteria. O la modesta ermita de Tarazona, casi la más olvidada, la más humilde.
      Sábado que es el primero óculo de este acueducto de fiestas y celebraciones, mientras los termómetros se han disparado, a lo loco, en este entorno de pre-navidad y pre-tristeza, y en un asueto que un año más, y sin el precedente del año pasado, es de nuevo de soledad y de fiesta con un solo invitado: yo.
              "Y en el andar se conoce la que es mala y la que es buena
                la que tiene el paso largo: Santa Bárbara que truena"

1 comentario:

  1. Si es que te tengo que querer. Bendita santa y maldito padre que es capaz de martirizar a una hija. Santa que goza de gran devoción también por tierras valencianas y que, también, es patrona de los pirotécnicos.

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