Estrella sevillana, sublime virgen del arrabal trianero, que llenas por tí sola el domingo de ramos más impresionante del mundo, aliviando con la luz que irradias, a la Amargura encarnada que viene de San Juan de la Palma. Blanco y azul, pena y estrella, que hace ya cuatrocientos cincuenta años que el cielo de Sevilla deja que bajes a sus calles, para iluminar nuestras oscuridades y vacíos. Virgen señera y con solera por excelencia de Triana, que estás en puro llanto, casi a punto de explotar de cuajo en el mayor de los sollozos, en contraposición con la Esperanza del manto de color verde manzana, que ríe llorando, mientras espera..
Valiente Estrella de la mañana, porque en el peor de los escenarios, en la más adversa de las situaciones, saliste a la calle para no dejar a la Magna Hispalis sin tu presencia, sin el agua de tus lágrimas, para que apagase fuegos de odios y rencores.
Mi recuerdo hoy en la calle san Jacinto, en otras tardes azuladas y también mojadas, en mi amigo-hermano Paco que tanta devoción te tiene, en esa niña que comulgó el día 30 y que lleva tu nombre en tu honor, en la antigua patrona de Albasit, desplazada por la Señora de las llanuras, en las notas de tu marcha sublime y triunfal, que siempre pone vellos de punta y llantos furtivos, en tu regreso en la puerta del Baratillo, donde el costal se transforma en ingeniería y milagro, en las estrellas de la noche , que se llaman como tú, porque tú eres la principal de todas, muchas veces fugaces, muchas veces sin cumplir deseos, pero siempre brillando, Estrella sublime y trianera.
¡Vaya! ¡que bonito!
ResponderEliminarLa Estrella volvió a brillar en Triana y allí estuvimos acompañandola (no fuera a ser que se quedara sola).
¡Estrellita la Valiente! ¡Ruega por nosotros!
Pepi