miércoles, 8 de junio de 2011

ROCIERANDO

No soy rociero. Quiero decir que no pertenezco a hermandad alguna, ni tampoco de esa especia de filosofía de religión y casi de vida que tienen los devotos rocieros. Pero me encanta la Virgen del Rocío, cuya verdadero título es Nuestra Señora de los Remedios, pues así lo lleva escrito en su peana, y antiguamente llamada Santa María de las Rocinas, porque ese era el paraje donde se apareció.
  Es cierto que la imagen de la Señora tiene algo, imán, fuerza. No soy especialmente devoto, como sí lo soy de otras que me ponen firme y emotivo (Desamparados, Pilar, Macarena, Cortes..), pero me gusta y en estos días me gusta seguir el camino rociero en la distancia, en la tele, en internet. Hoy se pondrán en camino el grueso de las hermandades, porque las más lejanas ya llevan días de peregrinación y las más cercanas lo harán en las vísperas.
   Me gusta ponerme estos días la medalla que llevé cuando la viví en directo, hace casi veinte años. Medalla cuyo cordón se decoloró por el sol y la arena de aquellos días. Allí viví hospitalidad, color, oración, música, bailes y muchas sensaciones...alguna vez en la vida hay que ir y empaparse de todas estas cosas.
       Me gustan las sevillanas de flauta y tambor. Me encantaba ver las distintas carretas y sus simpecados, que componen la extensa iconografía de la Virgen marismeña. Y el sobrecogedor rezo del rosario nocturno a la luz de bengalas y velas. Velas que se encienden por miles, por millones en la anexa capilla-velero. Aunque tal vez más, la visita a la blanca ermita, casi en soledad, donde su mirada todo lo calma, todo lo puede..¡inolvidable aquel domingo de resurrección villamanriqueño!
      Empiezan mis días rocieros. El domingo de madrugada veré-oiré el salto de la reja que tal vez sea lo que menos me gusta, pero es una tradición en mí como la madrugada sevillana. Porque a templetillo mira que le gusta una virgen en la calle, un folklore y una lagrimilla ea...¡viva la Blanca Paloma!

2 comentarios:

  1. Pues si tienes razón, yo
    tampoco soy especial devoto de dicha advocación mariana pero la alegria, el sentimiento, los cantos y la preciosa salve a la virgen del Rocío hacen que uno se sienta un poco sureño en estos días y añore no estar entre ellos.
    Va por ti:

    "La luna desde los cielos
    detrás de una nube blanca
    miraba medio dormida
    a la hermandad de Triana
    los luceros de la aurora
    jugando con las estrellas
    le decian piropos
    a mi virgen marismeña.

    Estr.

    Cuando el simpecao se echó a caminar
    un cohete azul rompió la mañana ,
    la gente de Triana,
    no paraba de cantar..."

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  2. Ya sabes que yo rociera,lo que se dice muy rociera ,no soy,pero bueno , habemos de tó,no???

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