
Bárbara en lo alto de su cerro, en su ermita contigua a la torre del reloj en Higueruela, la tierra de los pucheros, oteando la fábrica neoclásica de Santa Quiteria. O la modesta ermita de Tarazona, casi la más olvidada, la más humilde.
Sábado que es el primero óculo de este acueducto de fiestas y celebraciones, mientras los termómetros se han disparado, a lo loco, en este entorno de pre-navidad y pre-tristeza, y en un asueto que un año más, y sin el precedente del año pasado, es de nuevo de soledad y de fiesta con un solo invitado: yo.
"Y en el andar se conoce la que es mala y la que es buena
la que tiene el paso largo: Santa Bárbara que truena"
Si es que te tengo que querer. Bendita santa y maldito padre que es capaz de martirizar a una hija. Santa que goza de gran devoción también por tierras valencianas y que, también, es patrona de los pirotécnicos.
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