jueves, 2 de octubre de 2014
HOJARASCAS
Olores a mosto. Grises nubes. Mantas que esperan.
Rosarios de y sin la aurora. Otoño que reina y domina.
Tormenta con calma. Hojarasca pisada que cruje y araña la tierra.
Curso nuevo sin discurso y sin recursos. Curso del río que nos lleva.
Dicen que es la vuelta a la normalidad, Si es que fuera posible definir que es eso. Por eso, yo me siento tan poco normal, que no anormal, porque eso sí, soy único, personal e intransferible. Otoño es la época del año que más me gusta, este mes de octubre que me suena a jota y a azafrán. En nada, el crisantemo traerá el invierno que aquí comienza un mes y medio antes. Poco a poco vuelvo a mi normalidad; de momento de vez en cuando escribo aquí. Y si, tú que me lees pero que no te atreves a hablarme, sigues con tu normalidad cobarde hasta que explote y te des cuenta de que estás ahogado en tu propia hojarasca. O lo mismo no.
Agua en el suelo. Pequeño lago.
A veces me meto en charcos.
A veces salgo, porque no entro.
Mientras la hojarasca tapa el suelo
y en ocasiones el cielo.